¿Cómo saber qué piensa tu gato de ti?


¿Cómo saber qué piensa tu gato de ti?




Si en alguna ocasión te has preguntado qué pensará tu minino de ti, debes saber que la naturaleza misteriosa del gato hace difícil esta tarea. No obstante, te avanzamos que los felinos nos ven como si fuéramos gatos gigantes y, por eso, nos tratan de igual a igual. En este post, te contamos más detalles curiosos sobre el tema.

Una historia de amor milenaria

Nuestro idilio con los gatos empezó hace unos 9.000 años y, aunque dicen que el roce hace el cariño, todavía no hemos llegado a saber con certeza qué ronda por su linda cabecita en general y, sobretodo, en relación con los humanos.

Astutos, amables, indiferentes, hostiles, juguetones, arrogantes, intrépidos, ágiles, cariñosos… ellos son así y con sus cualidades y defectos nos han conquistado el corazón durante milenios. Una historia de amor recíproca, como explicábamos con detalle en nuestro post “




Origen de nuestra relación con los gatos

Suponemos que con infinita paciencia, el investigador británico John Bradshaw, ha podido llegar a sus lúcidas conclusiones, después de más de tres décadas de estudio y observación de los felinos.

Para Bradshaw, experto en conducta felina en la Universidad de Bristol y autor del libro Cat Sense, los gatos no nos entienden de la misma forma en que lo hacen los canes. Una de las ideas clave de este experto se fundamenta precisamente en el origen de nuestra relación con los gatos.

Si tenemos en cuenta que la domesticación de los perros se remonta a unos 32.000 años en el tiempo, veremos que llevamos 23.000 años más con los canes que con los gatos, y esto, de alguna manera, se ha de notar. Y no sólo es una cuestión de años, ya que se considera que, en realidad, no ha existido una domesticación felina efectiva como la de los canes. El caso es que nuestros ancestros escogieron a los lobos más mansos y obedientes, para que los ayudaran a subsistir.

Pero con los gatos, ocurrió a la inversa, pues han sido los felinos quienes se han acercado a nosotros por “considerarnos” excelentes proveedores de alimentos. Es evidente que los gatos están más cerca de su origen que los perros y se guían fundamentalmente por ese instinto salvaje que todavía conservan. Por todo ello, es comprensible que nuestros gatos se pasen el día pensando en jugar a cazar, aunque sólo sea un pajarillo de peluche.

Pueden ser nuestros amigos, si nos lo merecemos, pero jamás nos verán como sus superiores. ¿Será cierto aquello de que los perros tienen amos y los gatos esclavos?


Lo que piensan los gatos sobre los humanos

Teniendo en cuenta de que, en el mundo, se cuentan tres gatos por cada perro, no es de extrañar la inquietud que tiene tanta gente por saber qué piensan sus adorables gatos. En referencia a los felinos no podemos decir “si mi gato hablara”, o “solo le falta hablar”, porque no somos tan parecidos, pero no tenemos que menoscabar la expresividad que tienen “a su manera”.

Basándonos en los últimos estudios sobre este tema, te desvelamos en 9 puntos, algunos de los pensamientos e idiosincrasia del enigmático felino:

1. Los gatos perciben a su humano como un ser generoso y amigable.

2. La comunicación entre gato y humano es similar a la de los gatos entre sí; por ello, aunque quieran a sus cuidadores, de acuerdo con su instinto, suelen alejarse y desobedecer cuando les apetece estar solos.

3. Aunque no hablen, sus gestos son muy expresivos: el frotamiento o el amasado les evoca su relación materna; maúllan para pedir comida o ronronean para solicitar caricias.

4. Es curioso el hecho de que diversas enfermedades gatunas son muy parecidas a las humanas, como el Alzheimer.

5. Los gatos no nos entienden como lo hacen los perros. Éstos nos ven como algo distinto a ellos, y cambian su conducta ante nuestra presencia; hasta la forma de jugar con un humano es diferente a la que tienen cuando interactúan entre ellos.

6. Para los gatos somos algo así como sus iguales, sólo que más grandes, con unas costumbres muy raras y algo torpes, pues tropezamos con facilidad con obstáculos que para los mininos son fácilmente salvables.

7. Ante nuestra presencia, se mantienen, como si estuvieran con sus colegas gatunos, se restriegan contra nuestra pierna, levantan la cola o nos miran fijamente.

8. Los gatos son más listos que el hambre, y acostumbran a tratar a los humanos en función de sus intereses, tomando como favoritos a los que los miman de manera especial.

9. A los gatos no les afecta demasiado si sales o entras, no te recibirán alborozados cuando regreses, ellos son así de autónomos.

¿Qué debe saber el humano de su gato?

Esta es la pregunta que haría el minino si pudiera hablar. Nos ponemos en la piel del felino y, siguiendo la opinión del experto, apuntamos que el gato es sociable, pero hasta cierto límite.

Esto hay que tenerlo en cuenta, por ejemplo, cuando se decide tener un segundo gato en casa, con la idea de que así se harán compañía y serán más felices. Pero, en muchas ocasiones lo que se consigue es que los gatos se estresen más de la cuenta, porque no hay sintonía entre ellos.

También debemos mirar de no “molestar” a nuestro gato haciéndole carantoñas a destiempo, o intentando jugar cuando está tranquilo en su camita. Si tu gato hablara, en más de una ocasión te diría: por favor, amigo, no me estreses, que voy a enfermar; en cambio, si me respetas, yo haré lo mismo contigo.

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Fuente: Mascoteros 







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